Una panda de chalados son avistados a tu alrededor. La gente normal corre, huyendo de su alegría. Tú te quedas, cansado de correr, de huir de la vida, y les esperas.
Te rodean: un círculo de miradas cruzadas. No temes por tu vida, hace tiempo que la diste por perdida.
Te hablarían, pero sólo saben cantar y reír. Cantan y ríen. Aún así, entiendes su canción, su oferta.
Uno de ellos alarga la mano: botella verde, etiqueta roja, líquido dorado, espuma blanca en su interior. La reconoces: es el veneno del hoy, que te impedirá recordar el ayer y pensar en el mañana… o a pensar en el ayer y recordar el mañana.
Cantan y ríen. Piensas.
Elige:
¿una vida larga de rutina amarga
o una corta vida y una alegre despedida?
Escoje:
¿un vivir muy lento lleno de sustento
o una canción frágil y una risa fácil?
Prefiere:
¿una dieta sana y llegar al mañana
o un reír sereno con dulce veneno?
Lo tienes claro, alargas la mano y le dices: